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Salto surge de una imagen creada por su intérprete, Mercedes Hernández, a partir de una partitura de acciones, sumada al disparador imaginario procedente de los objetos utilizados. Luego se le otorgó un sentido dramático para crear una situación teatral. Se quitó momentáneamente la palabra para permitir la apertura del cuerpo y multiplicar las posibilidades más allá de formas preconcebidas.

Una vez dado el puntapie inicial de la situación ingresó la dirección de Luisina Di Chenna y María Florencia Alvarez en la creación para orientar el rumbo de las improvisaciones.

 

Tiempo después se incorporaron algunos textos y a partir de allí se comenzó el proceso de reescritura de la obra para confirmar las hipótesis del material y descubrir su poética. Así surgió la posibilidad de incorporar el tiempo de flashbacks, momentos en donde se puede advertir a Rita en instantes de su vida en el Splendid para dar la posibilidad al espectador de reconstruir la historia y los motivos que condujeron al personaje a ese incierto destino.

 

El espacio de puesta en escena invita al espectador a la apertura del imaginario y a completar la construcción espacial desde un elemento escénico concreto como el bote salvavidas y los objetos que Rita utiliza.

 Propuesta Artística

El proceso creativo de Salto contó con la presencia de su músico, que aportó a la creación componiendo la sonoridad y musicalidad.

El vestuario, la iluminación y escenografía complementan el trabajo de la actuación que a través del cuerpo alude al espacio abierto, el mar.

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